Oxitocina, la hormona del amor

La oxitocina, la hormona del amor.

Hoy es el cumple de Valentina, nuestra neuronita colaboradora más amorosa… y precisamente de eso va la cosa. Aprovechando esta fecha tan especial nos ha preparado un artículo sobre la oxitocina… la oxito…que?¿?¿… La oxitocina, la hormona del amor.

cumpleaños neurona valentina

Si hay una hormona que podamos asociar al amor, esa es la oxitocina, ya que se encuentra involucrada en la conexión con nuestros iguales y en las relaciones afectivas con ellos. Liberamos oxitocina cuando nos relacionamos con personas queridas, cuando recibimos cariño, nos acarician o miramos a un bebe. También se libera durante el orgasmo, el parto o la lactancia materna, uniendo intensamente a las dos personas que comparten esa experiencia. En todas las relaciones humanas de intimidad y amor, hay oxitocina.

Se genera en una estructura cerebral llamada hipotálamo, y se transporta a la hipófisis, una glándula que la segrega hacia el torrente sanguíneo cuando es necesaria. Literalmente, el amor corre por nuestras venas.

La oxitocina no solo es una hormona que viaja por nuestro cuerpo, sino que también es un potente neurotransmisor que genera efectos en nuestro cerebro.  Concretamente, disminuye la actividad del sistema nervioso simpático (aquella parte de nuestro sistema nervioso que se encarga de reaccionar ante cualquier peligro) produciendo un efecto anti-estrés: disminuye el ritmo cardíaco y la tensión arterial, inundándonos una sensación de bienestar y relajación.

Es bien conocida por el papel que desempeña durante los últimos meses del embarazo, ya que es la encargada de provocar las contracciones uterinas durante el parto, así como de estimular la subida de la leche que posibilita la lactancia materna. Pero no se queda ahí, ya que juega un papel fundamental en la creación del vínculo amoroso que involucrará a la mamá en el cuidado del bebe.

En términos evolutivos, garantiza la supervivencia de nuestra especie, ya que está implicada en comportamientos sociales como la cooperación, el apego, la empatía, el altruismo o la compasión. Aumenta la sociabilidad y la confianza en el ser humano, hasta el punto de haber sido reconocida como la hormona de la humanidad.

Durante el enamoramiento, la oxitocina desciende los niveles de miedo ante lo desconocido, nos vincula con el otro, incrementa la confianza y nos hace sentirnos entregados y ciertamente desinhibidos, facilitando la consolidación de ese vínculo.

La oxitocina también se cuela en nuestros momentos más íntimos, involucrándose en la reproducción; y es que los niveles de oxitocina en sangre aumentan en hombres y mujeres durante el acto sexual, más todavía durante el orgasmo; activando los centros de recompensa de nuestro cerebro, generando sensación de placer.

Recibir un masaje o un abrazo, darse un baño caliente, tomar un suculento menú, una onza de chocolate, reír o dar un paseo en contacto con la naturaleza son algunas formas de favorecen la liberación de oxitocina de manera natural; y sin duda, una oportunidad de influir en nuestro cerebro y aumentar nuestro bienestar emocional.

Que la oxitocina se cuele en tu vida cada día. Feliz día de San Valentín, feliz día de los enamorados… también a los enamorados de la vida y de las cosas bonitas.

Gracias por leerme. Si quieres despertar la oxitocina en otras personas, comparte!! 😉

Sara

Colaboradores Sara Garzarán Psicologia en interrogante

¿Quieres conocer a mis nuevos colaboradores?

Tal y como te adelanté en la entrada de blog de hace unas semanas, en los próximos días os presentaría a mis nuevos colaboradores. Pues bien, ha llegado el momento:

Hoy tengo el honor de presentaros a Brenda, la nueva integrante de mí equipo. Es una neuronita muy despierta, una apasionada de la neurociencia a la que le encanta pasar horas entre los pasillos de las librerías… ah, y le chiflan los frutos secos! Quien mejor que ella para acercarnos de manera fácil y amena al fascinante mundo del cerebro.

Brenda nueva colaboradora cerebro Sara Garzarán Psicología

En los últimos años, el mundo del cerebro lo invade todo, acapara portadas de revistas, libros situados en las primeras filas de las librerías, coleccionables… captando gran interés entre la población general. Sin embargo, todavía existen muchas personas de a pie, al que este órgano les es ajeno. Muchos muestran interés a la fuerza, inevitablemente ante la aparición de una lesión cerebral en un familiar próximo; y pese a ello, en muchas ocasiones prima la desinformación.

A través de esta entrada y las que le seguirán, me gustaría acercar a las personas que caigan en mi blog, de una manera fácil y amena, a diferentes aspectos relacionados con el cerebro en general y al daño cerebral en particular. Trataré de hablar con exactitud, pero minimizando los tecnicismos, o al menos explicándolos coloquialmente. Existen muchas fuentes para acercarse al cerebro desde una perspectiva estrictamente científica. No es ese mi objetivo. Mi objetivo es poder llegar a personas que no conocen como funciona el cerebro o no entienden que ocurre tras un daño cerebral. Como decía, a muchas les ha llegado sin avisar y nadie les ha explicado de qué se trata. Conocer sus estructuras y su funcionamiento, nos ayuda a comprenderlo y a hacernos la vida un poco más fácil.

Siempre he admirado a los doctores que te explican lo que ocurre en tu cuerpo de una manera sencilla, utilizando sus propias manos o escuetos dibujos. De nada sirve quedarse con una palabra técnica si uno no sabe lo que significa. Bueno sí, sirve para buscarla posteriormente en internet y así poder comprender lo que no entendiste de lo que el médico te explicó, y ya sabemos que habitualmente uno acaba quedándose con lo menos esperanzador y lo menos realista.

Otro tema que acapara los medios son las emociones. Se ponen continuamente a nuestro servicio, y en vez de aprovecharlo, nuestro desconocimiento hace que en numerosas ocasiones las rechacemos y las mantengamos oprimidas. Ese es uno de los principales motivos por el que nuestro cuerpo enferma y acaba expresándose en forma de ansiedad, dolor en el pecho, un nudo en la garganta, fuerte dolor de cabeza… y un sinfín de síntomas que en definitiva son emociones que necesitan ser expresadas. Es cierto que en ocasiones las emociones nos asustan, pero conociéndolas y sabiendo como manejarlas en nuestro favor, te aseguro que te harán la vida más fácil. Para ello, he seleccionado a la neurona más sensible y amable de todo el cortex: Valentina. Ella es la otra nueva integrante de mi equipo.  Es una neuronita muy emotiva, enamorada de la poesía y la música y a la que le encanta meditar cada mañana, no hay día que se le pase.

Valentina nos descubrirá las emociones, nos permitirá conocer cuál es su misión y nos enseñará a expresarlas de forma sana.

Brenda nueva colaboradora emociones Sara Garzarán Psicología

Como no hay dos sin tres, un nuevo colaborador está por llegar… pero para conocerle tendrás que esperar algo más. Si puedo adelantarte que su género es masculino, y no podía ser de otra manera. La diversidad es enriquecedora y necesitábamos la presencia de una figura masculina… Sin duda, te sorprenderá!!!

Colaboradores Neuronas Sara Garzarán Psicología

Gracias por llegar hasta el final de la lectura. Si crees que puede ser de interés para otros, comparte!!

Sara

 

Emociones en la enfermedad de Alzheimer

Alzheimer: Claves para ayudarles a regular sus emociones

Hoy se conmemora el día mundial del Alzheimer, esa devastadora enfermedad que se lleva los recuerdos más preciados de la vida de quienes la padecen.

En esta ocasión, me gustaría hablaros de las emociones, de su papel crucial en esta enfermedad y de cómo podemos ayudarles a gestionarlas.

El sistema límbico o cerebro emocional, alberga una de las estructuras más afectadas por la enfermedad de Alzheimer; el hipocampo, responsable de la memoria. Junto a él, la amígdala, responsable de nuestro mundo emocional. La memoria y las emociones están íntimamente relacionadas, de ahí que aquello que tiene mayor relevancia emocional para nosotros lo recordemos de manera más vívida (el día de nuestra boda, el nacimiento de nuestros hijos…). Junto a las lesiones de estas dos estructuras, otras regiones cerebrales como el lóbulo frontal van a verse afectadas. El lóbulo frontal, es el encargado, entre otras muchas funciones, de regular nuestros estados emocionales, de modo que es posible que la persona empiece a no ser capaz de gestionar lo que siente como lo hacía antes, se muestre más irritable, más sensible, más decaído…

Nuestro papel será el de ayudarles a manejar aquello que sienten, a gestionar sus estados de tristeza, de agitación, de inquietud… Las palabras y el contacto serán la mejor de las medicinas. Pese al avance de la enfermedad, hay algo nunca resultará indiferente a una persona con Alzheimer: el amor y el cariño que reciba. Aun cuando las palabras ya no tengan sentido, el cuerpo sabrá leer el afecto, pues desde que somos bebés nos hacemos especialistas en interpretar el lenguaje no verbal.

A través de la comunicación y del contacto físico conseguiremos regular sus estados emocionales, cuando por sí mismos no sean capaces. Aquí te muestro algunas pistas sobre cómo hacerlo:

  • Es posible que manifiesten tristeza, enfado, miedo… sin saber muy bien porque lo sienten. En muchas ocasiones, olvidan las circunstancias que generaron dichas emociones, pese a que estos estados perduran y les generan malestar. Es bueno ponerle palabras a aquello que ellos ya no recuerdan. Explicarles el motivo por el que se sintieron así, transmitirles comprensión y afecto les ayudará a tranquilizarse.

  • Es muy importante que aquello que les digamos lo sintamos de verdad, pues cuando no sean capaces de recordar nuestras palabras, perdurará unicamente la sensación corporal que les generó aquello que les dijimos. Si ante una situación en que la persona muestra nerviosismo, le cogemos de la mano y le decimos: tranquilo, no estás solo, estoy aquí contigo… y sin embargo, mostrarnos inquietud por irnos, crearemos todavía un mayor desasosiego.

  • Nuestro tono de voz ha de ser cálido y suave para que se sientan acogidos.

  • Sabemos lo importante que es el contacto físico para nuestra supervivencia emocional, sin embargo, cada uno lo vive a su manera y no todos nos sentimos cómodos con él. Es importante respetar las preferencias de la persona. Si no estamos seguros de cómo va a reaccionar, podemos probar, anticipándole que vamos a tocarle, cogerle de la mano o abrazarle… y siempre desde el respeto.

  • El contacto ha de ser suave y delicado. El tacto un poco más profundo, sin brusquedad, les transmitirá seguridad y calma.

Espero que estas pequeñas claves te ayuden a acompañarles en sus emociones. Tu presencia amorosa y tu disponibilidad es lo único que necesitan.

Tal y como me gusta recordar cada 21 de septiembre: Para que los sigamos viendo con los mismos ojos con los que los mirábamos… para que los sigamos teniendo en cuenta y demos respuesta a sus necesidades como lo hicimos siempre… Siguen siendo ellos.

Todo mi amor y admiración a todas aquellas personas que sufren Alzheimer y a sus familias.

Sara