Gracias por tanto
El 24 de Octubre de 2013 inicié una aventura personal y profesional, lo sentí como una apuesta segura y no me equivoqué. Las personas que allí encontré se colaron en mi día a día y se hicieron hueco en mi corazón. No fue difícil, todos eran amables, generosos y divertidos; e ir a trabajar era un verdadero gozo. Me resultaba extraño sentirme así en un entorno laboral, en el que estamos acostumbrados a percibir rencillas o desacuerdos que llevan al distanciamiento. Siempre me sentí muy querida, muy valorada y tenida en cuenta por mis compañeros. Vivimos muchas muchas cosas juntos, dentro y fuera, y cada una de ellas nos iba uniendo un poco más. Algunos se fueron para comenzar nuevas etapas, dejaron un hueco importante en el equipo, pero eso no cambió nada entre nosotros. Cada vez que volvemos a reencontrarnos surge el mismo sentimiento que cuando convivíamos a diario. Y los que se incorporaron en su lugar volvían a ser gente encantadora y grandes profesionales. Me siento realmente afortunada de las personas que la vida ha puesto en mi camino. Cuan importante es tener ese sentimiento de amor y aceptación incondicional por parte de los otros… repara cualquier herida del pasado.
Y ayer 21 de Junio dejé la aventura que me ha dado tantas cosas buenas, para emprender un nuevo camino que tengo la confianza que me llevará lejos. Me fui con el corazón lleno de cariño y mis oidos llenos de palabras bonitas. Esta experiencia para mi ha sido un verdadero regalo de la vida: aprendiendo de grandes profesionales, acompañando a pacientes en sus dificultades y nutriéndome del calor humano de tantas personas maravillosas como he conocido allí.
A mis pacientes: gracias por vuestra confianza, por dejarme ayudaros, por abriros y contarme vuestras mayores angustias y miedos como nunca antes habíais hecho, por mostrarme vuestras heridas para que juntos pudiéramos mirarlas y curarlas. Si algo tengo claro es que el amor, la comprensión y la aceptación incondicional, son la base de cualquier trabajo terapéutico.
Vuestra vida cambió de la noche a la mañana, y día a día seguís luchando por recuperarla. Me habéis enseñado tanto que no sé de qué otra manera podría haberlo aprendido. Sois auténticos maestros de vida y siempre tendréis mi más profunda admiración; vosotros y vuestras familias, pilar fundamental en vuestras vidas. Ha sido un lujo poderles acompañar también a ellos en este proceso, para ayudarles a traspasar las difíciles situaciones que se plantean tras un sufrir una lesión cerebral.
A mis compañeros: gracias por todo lo que me habéis enseñado, por el tiempo compartido, por todo el cariño que me habéis demostrado, por tenerme tan en cuenta y hacerme sentir tan valiosa, por vuestro sentido del humor y tantos ratos de risa… Habéis sido un verdadero regalo en mi vida y os quiero para siempre en ella.
Para no perder más tiempo, os veo este domingo en la I Carrera por el Daño Cerebral, para dar más visibilidad a todas aquellas personas que lo sufren y luchan diariamente por recuperarse. Correremos, andaremos y empujaremos sillas de ruedas para que ojalá algún día la meta este mucho más cerca y toda la sociedad este sensibilizada con vuestras secuelas para ofreceros el mundo que os merecéis, un mundo mucho más adaptado y amable.
Compañeros y pacientes, os habéis hecho un hueco en mi corazón y habéis dejado huella en mi cerebro… será imposible olvidaros. Gracias por tanto! Os quiero!