¿Qué es la autocompasión? Parte II
Ya estoy de vuelta! La pasada semana os prometí continuar hablándoos acerca de la autocompasión.
Para los que os quedasteis con ganas y queréis seguir profundizando, os propongo que hagamos una pequeña reflexión. Para entender la compasión bastaría con pensar que es aquello que ofrecemos a un buen amigo que está sufriendo, esto es, que hacemos, que gestos tenemos y que palabras utilizamos. Si tienes dificultad, piensa en una situación reciente que hayas vivido junto a un ser querido, el cual haya compartido contigo una situación de dificultad en su vida. Date unos minutos para pensar sobre ello antes de continuar leyendo.
Cuando lo hayas pensado, piensa en como reaccionaste contigo mism@ la última vez que sentiste que te habías equivocado o ante aquella situación en la que algo no salió bien. Date nuevamente unos minutos para recordar.
¿Te trataste de la misma forma en que lo hiciste con tu ser querido? Apostaría a que la respuesta de la mayoría de personas a esta pregunta es “no”.
En la investigación llevada a cabo por Kristin Neff y Marisa Knox, se pone de manifiesto que el 78% de la población general de EEUU es mas compasiva con los demás que con ellos mismos, el 6% es más compasivo con ellos mismos que con los demás, y el 16% es igualmente compasivo.
El valor terapéutico de la autocompasión
Cuando un ser querido sufre, es habitual escucharle en silencio, hacer algún gesto amable (poner una mano sobre su pierna, en el hombro, cogerle de la mano, darle un abrazo…) unido a alguna palabra amorosa y sentida (“siento mucho por lo que estas pasando…”)
Cuando se trata de nosotros mismos, reaccionamos a nuestro propio sufrimiento con prisa y crítica. Nadie nos ha enseñado a quedarnos en la tristeza, en la desesperanza, en el miedo… son emociones que generan cierta incomodidad y malestar.
Adaptativamente, hacemos lo que mejor sabemos, salir corriendo y alejarnos del sufrimiento, secar nuestras lágrimas y tragar saliva… pero no eso no cura, solamente tapa una herida que necesita ser curada. Al menos, necesitaríamos unas palabras de comprensión y empatía que surgieran del fondo de nuestro corazón, las mismas palabras y los mismos gestos que nosotros tenemos para el buen amigo que sufre. Para él, a menudo si tenemos tiempo y palabras amables.
Dedicárnoslas a nosotros mismos es mucho más difícil, porque nos han enseñado a que lamernos las heridas es de flojos… y por si no fuera poco, nos mostramos críticos con nuestro malestar y con nuestros tiempos para superar el sufrimiento, pensando que no deberíamos de sentirnos así, que ya deberíamos de habernos repuesto. Sentimos que esa actitud crítica nos repondrá las pilas y nos permitirá salir al mundo como si nada… pero acabamos saliendo al mundo con heridas a las que no hemos dedicado suficiente tiempo y suficiente amor para ser curadas.
La autocompasión, se sirve de la amabilidad y del amor para poder acoger y aceptar nuestro propio sufrimiento, así como aquello que somos, nuestra imperfección y nuestras limitaciones. El poder de la autocompasión es tal, que no se limita a nosotros mismos, sino que facilita el sentimiento de compasión hacia los otros, nos lleva a verlos como personas falibles y con debilidades, nos lleva a aceptarlos tal y como son, nos hace más sensible a sus dificultades, no lleva a desearles que puedan aliviarse de cualquier sufrimiento. Todo ello, facilita nuestros vínculos con los demás y mejora la calidad de nuestras relaciones sociales.
En definitiva, la compasión puede definirse como una actitud positiva dirigida hacia uno mismo y hacia los demás, que acepta nuestra limitaciones como algo inherente al ser humano, acoge el sufrimiento que la vida nos trae y procura aliviarlo, contribuyendo al bienestar propio y ajeno.
Ahora ya conoces un poco más acerca de la autocompasión, incluso puede que se hayan desmontado algunas de aquellas creencias negativas que sintieras al respecto. Continuaré compartiendo con vosotr@s más artículos, para seguir acercándoos a este valiosísimo recurso de autocuidado que es la autocompasión.
Si tienes interés en incorporarla a tu vida, infórmate acerca de los cursos sobre mindfulness y autocompasión que ofreceré en los próximos meses. Puedes acceder a la información pinchando en los siguientes enlaces:
Curso Breve de Mindfulness y Autocompasión (SC-MSC)
Programa oficial de 8 semanas de Mindfulness y Autocompasión – MSC (Mindful Self-Compassion)
Muchas gracias por leerme y llegar hasta aquí.
… y si te ha gustado, comparte! 😉
Sara