flor meditación y autocompasión

Lo que he aprendido en mi Retiro de Silencio, Mindfulness y Autocompasión

Este pasado puente de mayo, largo para algunos madrileños afortunados, he tenido la suerte de realizar un retiro de silencio de mindfulness y autocompasión. Una experiencia profunda que te permite viajar al interior de ti mismo a un ritmo suave y delicado, para llegar a ese sótano en que escondemos aquellas emociones que nos resistimos a aceptar o aquellas que continuamente emergen y nos resultan complicadas de manejar. Un viaje que acaba por llenarte de calma, serenidad y amor; y para el que no necesitas ningún tipo de equipaje, solo lo más preciado que tienes: TU MISMO

En los tiempos que corren, estar cinco días en completo silencio, alejados de la comunicación con los otros, tanto directa como a través de dispositivos electrónicos parece un verdadero castigo… sin embargo para muchos es una salvación. Mi sorpresa al comentarlo a mi circulo más próximo fue oír en varias ocasiones: eso es lo que yo necesito! Y eso habla de la necesidad de parar, de dejar de hacer, desconectar… de muchas personas. Que analogía, parecemos móviles recalentados que necesitan ponerse en modo avión y enchufar sus cargadores para poder volver a la vida… afortunadamente somos mucho más que eso.

flor meditación y autocompasión

Fotografía tomada por Juan J. Marqués Garzarán*

Te contaré de un modo ameno una recopilación de anotaciones que recogí la última noche de mi retiro en mi cuaderno de meditación. Espero que la disfrutes.

Lo que he aprendido (y sobre todo confirmado) en mi retiro:

  • Que la compasión tiene muy mala prensa. Que a menudo es considerada como “pobrecito de mi o de ti” y nada tiene que ver con eso. Consiste en reconocer tu dolor (todos tenemos heridas en nuestra historia de vida), comprenderlo y acompañarte en él. A la vez, saber reconocer el dolor del otro, respetarlo y desear que todo ser humano este libre de sufrimiento.

  • Que puedo estar en completo silencio al menos 5 días. Ni siquiera he podido sacarle partido a mis conocimientos en lengua de signos xD

  • Que como dice la canción de Rozalen: “el mundo esta lleno de mujeres y hombres buenos”

  • Que tengo una hamaca en el corazón, también una mesa de paz y un jardín… Poco me falta ya por amueblar. En definitiva, un lugar interior en el que poder quedarme y sentirme reconfortada, un remanso de amor y aceptación. Tu también lo tienes, solo tienes que encontrarlo 😉

  • Que el reino animal y vegetal merecen todo nuestro respeto y cuidado. Que si te fijas bien puedes descubrir escenas que te hagan sonreír. Yo he pillado a más de un bicho echándose la siesta dentro de una amapola, o quien sabe, quizás intimando… No he sido capaz de discernirlo.

  • Que escuchamos más y damos más por cierto aquello que viene de afuera, que aquello que podemos escuchar dentro de nosotros. Vivimos desconectados de nosotros mismos, de nuestro cuerpo y de nuestras necesidades.

  • Que siempre tenemos el látigo preparado cuando cometemos errores, fallamos…; cuando lo que mas necesitamos en esos momentos es el calor de la comprensión, el calor de la autocompasión.

  • Que hace falta irse de retiro para volver a principios de los 90, cuando no había móviles y tenias que volver a casa para saber si algún amigo te había llamado.

  • Que puedes descubrir nuevas sensaciones: olores, sonidos, texturas, sabores… nunca antes percibidos (y que quizás nunca volverás a experimentar), si te permites conectar con aquello que te rodea con agradecimiento y con conciencia plena. Saborea cada segundo, pues cada segundo de tu vida es único.

  • Que somos esclavos de la tecnología, que descuidamos lo que realmente importa por visualizar un whatsapp o darle a Me gusta; cuando lo verdaderamente importante está por detrás de esa pantalla.

  • Que no hace falta ser cristiano ni profesar ninguna otra religión para cultivar valores como la compasión, la bondad y el amor, que tanto hacen falta en este mundo en que vivimos.

  • …y que la meditación es sanadora, un espacio en que quedarse a tomar contacto con el momento presente y respirar aquello que nos duele, aquello que necesitamos o deseamos para nosotros, aquello por lo que nos sentimos agradecidos en nuestra vidas… en definitiva un lugar para respirarnos a nosotros mismos.

Un abrazo sentido

Sara

*La autoría de la foto que ilustra esta entrada pertenece a Juan Marqués Garzarán, ya te habrás dado cuenta que algo de sangre nos une.  Profundamente humano, amante de sus raíces y de la fotografía. Solo un hombre de corazón grande como él, puede ser capaz de apreciar y capturar momentos de un modo tan delicado. Te animo a conocer el resto de su obra pinchando el link con su nombre. Gracias Juan por tu generosidad conmigo.